Jugando a las Escondidas
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan desentendida de si misma, propuso jugar a las escondidas.
La INTRIGA hizo un gesto enigmático, pero la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, pregunto en que consistía ese juego.
Es un juego -explicó la LOCURA- en que yo me tapo la cara y comienzo a contar hasta mil mientras ustedes se esconden. Cuando termino comienzo a buscarlos y el primero en ser encontrado deberá ocupar el lugar y así continuar el juego.
El ENTUSIASMO aprobó, secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dio tantos saltos que termino por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada. Otros no quisieron participar: la VERDAD porque le parecía inútil esconderse, consciente como era de que indefectiblemente la iban a encontrar; la SOBERBIA porque opinaba que era un juego tonto (aunque en el fondo lo que le molestaba era que no se le había ocurrido a ella); la COBARDÍA porque prefería no arriesgarse a ser encontrada.
-Uno, dos, tres... -comenzó a contar la locura.
La primera en encontrarse fue la PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra que encontró; la FE se refugió en el cielo; la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto.
La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse porque cada sitio que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; la hendija de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ; el vuelo de la mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD, una ráfaga de viento, magnifico para la LIBERTAD. El EGOISMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... Pero solo para él. La MENTIRA simulo esconderse en el fondo del océano pero en realidad se escondió detrás del arco iris; la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes.
Cuando la LOCURA contaba ya 999, el AMOR aun no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... Hasta que diviso un rosal y enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
...Mil -contó la LOCURA- y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA que solo se había alejado tres pasos. A otros también fue fácil hallarlos: a la PASION y al DESEO los escucho vibrar en los volcanes; en un descuido encontró a la ENVIDIA, y por ella fácilmente dedujo donde estaba escondido el TRIUNFO. El EGOISMO se delato solo, cuando debió salir disparado de su escondite que había resultado un nido de avispas. La BELLEZA apareció cuando, sedienta, fue a beber en el lago. La DUDA estaba sentada sobre una cerca, sin decidir aun de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: al TALENTO en la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una cueva oscura...
Solo el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA busco detrás de cada árbol, de cada arroyo, de cada montaña...
Y cuando estaba dándose por vencida, diviso un rosal lleno de flores... Tomo una orquilla y comenzó a hurgar entre sus ramas, cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos del AMOR. La LOCURA no sabía que hacer para disculparse, lloro, rogó, imploro, pidió perdón y hasta prometió convertirse en su lazarillo.
Y desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra... El AMOR es ciego, y la LOCURA, tan desentendida de sí mismo siempre lo acompaña.
PROFESOR JULIAN ALFANO
Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan desentendida de si misma, propuso jugar a las escondidas.
La INTRIGA hizo un gesto enigmático, pero la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, pregunto en que consistía ese juego.
Es un juego -explicó la LOCURA- en que yo me tapo la cara y comienzo a contar hasta mil mientras ustedes se esconden. Cuando termino comienzo a buscarlos y el primero en ser encontrado deberá ocupar el lugar y así continuar el juego.
El ENTUSIASMO aprobó, secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dio tantos saltos que termino por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada. Otros no quisieron participar: la VERDAD porque le parecía inútil esconderse, consciente como era de que indefectiblemente la iban a encontrar; la SOBERBIA porque opinaba que era un juego tonto (aunque en el fondo lo que le molestaba era que no se le había ocurrido a ella); la COBARDÍA porque prefería no arriesgarse a ser encontrada.
-Uno, dos, tres... -comenzó a contar la locura.
La primera en encontrarse fue la PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra que encontró; la FE se refugió en el cielo; la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto.
La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse porque cada sitio que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; la hendija de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ; el vuelo de la mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD, una ráfaga de viento, magnifico para la LIBERTAD. El EGOISMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... Pero solo para él. La MENTIRA simulo esconderse en el fondo del océano pero en realidad se escondió detrás del arco iris; la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes.
Cuando la LOCURA contaba ya 999, el AMOR aun no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... Hasta que diviso un rosal y enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
...Mil -contó la LOCURA- y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA que solo se había alejado tres pasos. A otros también fue fácil hallarlos: a la PASION y al DESEO los escucho vibrar en los volcanes; en un descuido encontró a la ENVIDIA, y por ella fácilmente dedujo donde estaba escondido el TRIUNFO. El EGOISMO se delato solo, cuando debió salir disparado de su escondite que había resultado un nido de avispas. La BELLEZA apareció cuando, sedienta, fue a beber en el lago. La DUDA estaba sentada sobre una cerca, sin decidir aun de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: al TALENTO en la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una cueva oscura...
Solo el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA busco detrás de cada árbol, de cada arroyo, de cada montaña...
Y cuando estaba dándose por vencida, diviso un rosal lleno de flores... Tomo una orquilla y comenzó a hurgar entre sus ramas, cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos del AMOR. La LOCURA no sabía que hacer para disculparse, lloro, rogó, imploro, pidió perdón y hasta prometió convertirse en su lazarillo.
Y desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra... El AMOR es ciego, y la LOCURA, tan desentendida de sí mismo siempre lo acompaña.
PROFESOR JULIAN ALFANO
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